Hablar de desarrollo sostenible significa contemplar las relaciones de la humanidad con la naturaleza desde enfoques distintos; comprender el derecho de todos los seres humanos a participar en los beneficios del bienestar. Supone, una transformación radical en las relaciones entre economía, ecología y ética-, significa comenzar a pensar y actuar con una lógica diferente, tomando en cuenta los límites de la biósfera, la redistribución social y la diversidad cultural.
La sostenibilidad se concibe como el horizonte que dinamiza a una sociedad hacia el equilibrio ecológico, la equidad social y la diversidad cultural. Este concepto remite tanto a la acción (el desarrollo sostenible) como a las metas de esa acción (que orienta hacia un desarrollo viable) y plantea la necesidad de una fuerte coherencia entre los objetivos que se persiguen al adoptar las políticas y estrategias de desarrollo y los medios, modelos de conocimiento y estrategias que se utilizan para alcanzarlos.
Se entiende la educación sustentable como la relación entre naturaleza y sociedad; lo que implica tres niveles de relación: del humano consigo mismo, en tanto la visión de él en el mundo; la relación de lo humano con otros, que involucra el complejo histórico-socio-cultural y el humano con la naturaleza; en términos de sus posibilidades de sustrato ecosistémico; precisando ver al todo y su transformación, esto es, la dilucidación de los procesos naturales, los sociales, económicos y la articulación entre ellos.